El aceite de oliva protege contra la inflamación, el estrés oxidativo y el riesgo cardiovascular provocados por el envejecimiento. Conoce más a fondo sus propiedades y esta reciente investigación que avala su consumo.
Los estudios científicos aportan cada vez más pruebas de las propiedades beneficiosas del aceite de oliva para nuestra salud. Hace solo unas semanas, un equipo investigadores del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba anunciaba el resultado de un estudio en el que demuestran que el aceite de oliva presenta un efecto protector contra diferentes enfermedades. En su investigación se estudió cómo el aceite afecta a las proteínas plasmáticas de ratas jóvenes (6 meses) o viejas (24 meses), alimentadas a lo largo de su vida con dietas que contenían como fuente grasa aceite de oliva virgen o aceite de girasol. De esta forma comprobaron que en aquellos animales alimentados con aceite de oliva se redujeron los niveles plasmáticos de las proteínas de fase aguda (presentes en los procesos inflamatorios), en proteínas habituales en situaciones de estrés oxidativo (que ocasionan daño a las células) y las relacionadas con la coagulación sanguínea, el riesgo cardiovascular y con el metabolismo y el transporte de lípidos.
Fuente inagotable de salud
Gracias a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico), el aceite de oliva aporta otros importantes beneficios:
- Eleva los niveles de colesterol HDL (bueno)
- Disminuye el colesterol LDL-c (colesterol malo)
- Beneficia el control de la hipertensión arterial
- Reduce la aparición de trombosis y previene la aparición de diabetes
Vigila la cantidad que consumes y aprende a utilizarlo
La ingesta diaria recomendada es de tres a seis raciones. Sin embargo, las personas que sufran obesidad y que estén bajo tratamiento dietético deben controlarlo siguiendo los consejos de su médico.
El empleo de aceite de oliva en la cocina mediterránea es fundamental. Como aderezo de ensaladas y guisos, y hasta para freír patatas. En este último caso, los nutricionistas recomiendan su utilización por encima de cualquier otro aceite vegetal, ya que a altas temperaturas sigue manteniendo sus propiedades.
Fuente: fundaciondelcorazon.com