El ejercicio regular ha demostrado ser beneficioso tanto a nivel físico cómo psicológico, así como para reducir el riesgo de diversas enfermedades. Los dos tipos de ejercicios principales son el aeróbico y el anaeróbico, pero también están los ejercicios de flexibilidad, de movilidad, de equilibrio, coordinación o de control motor. Ten siempre en cuenta que cualquier tipo o cantidad de ejercicio y actividad física será mejor que no hacer nada.

¿En qué consiste el ejercicio aeróbico?
El ejercicio aeróbico también se conoce como ejercicio de resistencia o cardiovascular, e implica una liberación de energía con un incremento del consumo de oxígeno por parte del cuerpo, y ocurre cuando los grandes grupos musculares se mueven de una manera rítmica durante un tiempo que puede ser más o menos largo. Nuestro cuerpo consume oxígeno al aumentar el ritmo de la respiración y de la frecuencia cardiaca, lo que es importante para muchas funciones del cuerpo.
Por lo tanto, todo aquel ejercicio en el que notes un aumento del ritmo respiratorio y del corazón será un ejercicio de tipo aeróbico, por ejemplo, correr, andar en bicicleta, saltar o bailar, entre muchos otros.
El ejercicio aeróbico se puede dividir de muchas formas, pero, en función de la intensidad, existen dos tipos de actividades aeróbicas:
- Ejercicio aeróbico moderado: este tipo de actividad aumentará el ritmo respiratorio y de la frecuencia cardiaca, y producirá una leve sudoración, pero permite a la persona llevar a cabo una conversación, aunque no permite cantar. Un ejemplo es una caminata a paso ligero o andar en bicicleta.
- Ejercicio aeróbico vigoroso o intenso: producirá una respiración acelerada y una importante sudoración y no permite a la persona mantener una conversación. Un ejemplo es correr o hacer burpees.
Por otro lado, otro tipo de ejercicio muy conocido es el anaeróbico, que sería el entrenamiento de fuerza y potencia. Este tipo de ejercicio no requiere de oxígeno para liberar energía. Algunos ejemplos son los ejercicios de peso corporal como fondos, dominadas, sentadillas o zancadas o también los levantamientos de pesas, entre otros.
Aunque los ejercicios puedan dividirse en ejercicios aeróbicos, anaeróbicos, de flexibilidad y movilidad, de equilibrio o de coordinación, muchos de ellos se asocian a más de un tipo de actividad. Por ejemplo, muchas actividades de resistencia (aeróbicas) como correr, nadar y esquiar también aumentarán la fuerza muscular, y algunos ejercicios de fuerza (anaeróbicos) como el entrenamiento con pesas también puede ser un trabajo de tipo aeróbico, especialmente si se realiza con velocidad. Además, muchos deportes implican una mezcla de ambos tipos; por ejemplo, la caminata o el jogging, principalmente aeróbicos, con carreras súbitas cortas, o esprints, principalmente anaeróbicos.
En general, los procesos aeróbicos de nuestro cuerpo utilizan el oxígeno para producir más energía que los procesos anaeróbicos, pero los procesos anaeróbicos liberan energía más rápidamente. Normalmente, los aeróbicos son menos intensos, pero duran más, y nuestros pulmones y corazón trabajan duro para suministrar oxígeno al cuerpo.

¿Qué beneficios tiene el ejercicio aeróbico?
El ejercicio aeróbico o cardiovascular tiene múltiples beneficios. Entre muchos de ellos, se incluyen, a grandes rasgos:
- Reducción del riesgo de desarrollar múltiples enfermedades: enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, demencia e incluso algunos tipos de cáncer.
- Mejora en la condición de aquellas personas que ya padezcan alguna alteración metabólica como la diabetes, hipertensión arterial sistémica u obesidad.
- Protección frente a las infecciones víricas y bacterianas.
- Mejora en relación a parámetros relacionados con la salud mental (cognición, depresión, ansiedad, condiciones neurodegenerativas (alzheimer y parkinson) y adicción a las drogas.
- Control y modulación de los síntomas de dolor en pacientes con diversos trastornos musculoesqueléticos debido a sus efectos analgésicos producidos por el sistema de inhibición descendente del dolor. Esto es lo que se denomina analgesia producida por ejercicio. Por ello, el ejercicio aeróbico (aunque también el anaeróbico), al activar este sistema, es una gran herramienta en fisioterapia para ayudar a los pacientes en un proceso de dolor.
- Mejora de la salud de los tejidos y la funcionalidad en personas con dolor, patologías o lesiones.
- Mejora de la autoestima, el estado de ánimo y reducción del miedo al movimiento y a la lesión.
- Aumento de la esperanza de vida y la independencia a medida que van pasando los años.
Fuente: www.clinicarozalen.com