Las flexiones o push ups son uno de los ejercicios más populares y extendidos a la hora de trabajar el tronco superior, más específicamente, el pectoral. Se trata, sin embargo, de un amigo engañoso, ya que las flexiones no son un ejercicio tan básico ni apto para principiantes como puede parecer, más bien al contrario: su ejecución correcta implica una serie considerable de detalles técnicos a tener en cuenta, que pueden desembocar en lesiones, molestias o menores ganancias si se pasan por alto.
Corregir los errores de flexiones te permitirá maximizar los beneficios musculares que este ejercicio aporta y te protegerá de los peligros de una mala ejecución prolongada, ahorrándote visitas al fisio.
1. Apertura excesiva
Uno de los errores más comunes en este ejercicio es llevar a cabo una apertura excesiva de los codos. Es, de hecho, muy común si quien intenta hacer la flexión no tiene fuerza suficiente para ejecutarla bien o simplemente está demasiado cansado para ello, perdiendo control sobre la postura y desplazando los codos hacia el exterior.
Para evitarlo, asegúrate de ubicar las palmas de tus manos a la altura de los hombros en la posición inicial y mantén los codos ligeramente girados hacia tu cuerpo al hacer el ejercicio.
2. Repeticiones demasiado cortas
Este es otro error que también suele asociarse con la falta de fuerza o el cansancio acumulado por demasiadas repeticiones, y consiste en no llevar a cabo el movimiento en toda su extensión completa. Aunque hay métodos de entrenamiento que usan las semirepeticiones de forma repetitiva, requieren de una planificación específica y métodos concretos, por lo que no realizar el movimiento completo de la flexión en cada repetición simplemente implica que el ejercicio no es correcto y no reportará beneficios. Empieza con los brazos extendidos por completo y baja hasta que el codo forme un ángulo de 90 grados para volver hasta la posición inicial en cada repetición.
3. No mantener una buena horizontalidad
Una parte importante de los beneficios de la flexión se encuentra en que mientras los brazos, hombros y pecho suben y bajan el cuerpo, el tronco y las piernas luchan por mantenerse en horizontal de forma isométrica. No dejes caer la cadera ni la alces demasiado: procura que tu tronco y piernas formen una línea perfectamente recta en todo momento.
4. No te olvides de la cabeza
La horizontalidad es importante también en mantener una postura natural en tu cuello y cabeza. Si al bajar tocas el suelo con la nariz, significa que estás forzando tu cuello hacia adelante. Si mantienes esta postura puedes acabar con sobrecargas en la zona, que son muy molestas y afectan en gran medida en el día a día.
5. Hacer mal el ejercicio por fuerza insuficiente
Si aún no tienes fuerza suficiente para realizar una flexión no hay ningún problema, que lo logres es sólo cuestión de disciplina y tiempo. Sin embargo, no hagas el ejercicio mal con repeticiones demasiado cortas o una postura forzada, en su lugar adáptalo. Apoya las rodillas en el suelo con los talones alzados en lugar de las puntas de los pies o, si aún así te cuesta demasiado, pon las manos sobre un apoyo elevado en lugar de sobre el suelo (un banco, una silla). Si sigues entrenando no tardarás en dominar el ejercicio y poder pasar a variaciones más exigentes: un ejercicio de menor intensidad bien hecho te hará avanzar mucho más rápidamente que uno demasiado difícil para ti y mal ejecutado.
Fuente: www.mundodeportivo.com