Visión de conjunto
La infección por el virus del herpes simple (VHS), denominada habitualmente herpes, es frecuente y puede provocar vesículas o úlceras dolorosas. Se propaga principalmente por contacto piel con piel. Puede tratarse, pero no curarse.
Hay dos tipos de virus del herpes simple.
El virus de tipo 1 (VHS-1) se propaga mayoritariamente por contacto bucal y causa infecciones en la boca y zonas contiguas (herpes labial o pupas o calenturas labiales). También puede causar herpes genital. La mayoría de los adultos están infectados por el VHS-1.
Síntomas
La mayoría de las personas con herpes no tienen síntomas o los síntomas son leves. Muchas personas no saben que tienen la infección y pueden transmitir el virus a otras personas sin darse cuenta.
Entre los síntomas pueden incluirse vesículas o úlceras dolorosas y recurrentes. Los primeros episodios de infección pueden causar fiebre, dolores corporales e inflamación de los ganglios linfáticos.
Los síntomas del primer episodio (o ‘brote’) de infección pueden ser diferentes a los de episodios recurrentes. De haber síntomas, a menudo comienzan con hormigueo, picor o quemazón cerca de donde aparecerán las llagas.
Entre los síntomas habituales del herpes labial se incluyen vesículas (calenturas) o llagas (úlceras) en la boca o labios y zonas contiguas.
Entre los síntomas habituales del herpes genital se incluyen bultos, vesículas o llagas (úlceras) alrededor de los genitales o el ano.
Estas llagas y vesículas suelen ser dolorosas. Las vesículas pueden abrirse, supurar y posteriormente formar costras.
Durante el primer episodio de infección, se pueden experimentar los siguientes síntomas:
- fiebre
- dolores corporales
- dolor de garganta (herpes labial)
- dolor de cabeza
- inflamación de los ganglios linfáticos cerca de la infección.
Se pueden tener brotes repetidos a lo largo del tiempo (‘recaídas’). Suelen ser más breves y menos graves que el primer brote.
Tratamiento
Con frecuencia se utilizan medicamentos para tratar los primeros episodios o episodios recurrentes de herpes. Pueden disminuir la duración de los síntomas y su gravedad, pero no curar la infección.
El tratamiento para los episodios recurrentes es más eficaz cuando se inicia antes de que hayan transcurrido 48 horas desde el comienzo de los síntomas.
Los medicamentos antivíricos habitualmente administrados son aciclovir, famciclovir y valaciclovir.
Tomar una dosis diaria más baja de uno de esos medicamentos también puede disminuir la frecuencia de reaparición de los síntomas (‘brotes’).
A menudo se recomienda tratar a las personas que tienen episodios recurrentes muy dolorosos o frecuentes o que desean reducir el riesgo de transmitir el herpes a otra persona.
Para aliviar el dolor de las llagas puede tomarse paracetamol, naproxeno o ibuprofeno. Para adormecer la zona afectada puede aplicarse benzocaína y lidocaína.
Fuente: www.who.int