Si te gusta realizar actividades al aire libre porque te otorga múltiples beneficios como despejar la mente, liberar estrés y mejorar tu rendimiento diario, entonces un dato que debes saber es que cada una de estas acciones ayudan a tu cuerpo a desempeñarse mejor y a obtener más energía. No obstante, siempre debemos prevenir las lesiones musculares durante el ejercicio.
1. Calentamiento para pre y post entrenamiento
El precalentamiento es un paso importante que no debes saltarte a la hora de hacer ejercicio, ya que le permite a tu cuerpo prepararse adecuadamente. La mejor manera de hacerlo es mediante movimientos variados que vayan desde una intensidad baja hasta una alta, para acelerar el flujo de sangre y de oxígeno a los músculos, de manera que se vayan activando.
Por otra parte, el post calentamiento es todo lo contrario, debido a que se centra en disminuir el ritmo cardíaco, así como la temperatura corporal, llevándola a niveles estables mediante el uso de estiramientos de todo el cuerpo. Esto te ayudará a maximizar el rendimiento y reducir considerablemente el riesgo de una lesión.
2. Uso de las técnicas correctas
Poner en práctica las técnicas adecuadas te permitirá alcanzar un mayor resultado con el mínimo esfuerzo, además que te permite realizar la actividad física sin ningún tipo de dolor posterior. Es por este motivo que, al saber cómo ejecutar de manera correcta los ejercicios, podrás desenvolverte con mayor naturalidad y alcanzar tus objetivos.
Algunos casos particulares es cuando asistes a un gimnasio y usas pesas o te apoyas en máquinas, lo recomendable es que busques a un instructor que te enseñe cómo usarlas de manera correcta.
3. Escucha a tu cuerpo
Se tiende a creer que si el ejercicio no duele, es porque no funciona y esto no es necesariamente cierto. Desde luego, para aumentar la fuerza y resistencia, es necesario un esfuerzo físico, pero si al terminar la jornada el dolor persiste, es una alerta que está enviando tu cuerpo por haber realizado un mal movimiento en el proceso.
Estas señales no deben ser ignoradas, nos dicen cuándo detenernos, para evitar una posible lesión. De esta manera, la clave para evitarla es hacer los entrenamientos de forma lenta y gradual.
4. Utilizar el equipo adecuado
Si bien existe una diferencia entre realizar deportes y llevar a cabo una actividad física, el factor común en ambos es que ameritan una indumentaria especializada. Esta puede variar desde la ropa y zapatos hasta cascos y protectores, sin embargo, cada una tiene una función según el ejercicio o la disciplina que realices.
5. Descanso
Parece un poco obvio, pero el descanso es uno de los factores más importantes a la hora de hacer ejercicio, porque este permite que los músculos se recuperen y crezcan. Igualmente, trata de no ejercitar la misma área todos los días, ya que esto puede ser contraproducente, lo ideal es que trabajes una zona diferente cada día, para que le des a tu cuerpo la oportunidad de reponerse adecuadamente.
6. Nutrición e hidratación
El contar con una buena nutrición es el complemento perfecto para alcanzar tu objetivo, lo ideal es que te apoyes con un profesional en el área para que te ayude a crear un plan alimenticio acordé a tu meta, que te permita recuperarte e incentivar el crecimiento de los músculos por sobre la grasa.
Asimismo, la hidratación juega un papel significativo, porque nuestro cuerpo está compuesto por un 80% de agua, y constantemente perdemos líquidos al momento de sudar. Por ello, debemos reponerlos para que nuestro organismo pueda recomponerse de manera óptima.
Fuente: www.fisioterapiaraesalud.com