Medlineplus, la biblioteca médica más grande del mundo, avala el rol que tienen las vitaminas B3 o niacina, C, E y K en la salud de la sangre y el sistema circulatorio.
La vitamina B3, asegura Medlineplus, ocupa un papel clave en el control del colesterol y otras grasas en la sangre, lo que permite mantener las arterias despejadas. En tanto, la vitamina C, poderoso antioxidante, ayuda a proteger las paredes vasculares del daño que causan los radicales libres, reduciendo el riesgo de aterosclerosis.
Por su parte, la vitamina E actúa como un anticoagulante natural. Según destaca Medlineplus, «ayuda a formar glóbulos rojos y ensancha los vasos sanguíneos para evitar que la sangre se coagule dentro de ellos«.
Por último, la vitamina K es considerada como “la vitamina de la coagulación”, afirma Medlineplus. Esto se debe a su importante función en la circulación sanguínea, ya que una de sus principales tareas es mejorar la coagulación de la sangre, evitando hemorragias y promoviendo una cicatrización adecuada cuando se producen heridas.
Circulación sanguínea: ¿Qué ocurre en el cuerpo cuando no recibe las vitaminas necesarias?
Según un informe de Medical News Today, revisado clínicamente por la osteópata, Stacy Sampson, «la circulación es el proceso mediante el cual el corazón bombea la sangre de una persona alrededor del cuerpo, y a medida que la sangre circula, distribuye oxígeno y nutrientes a las células del cuerpo y elimina los desechos».
Por tal razón, es imprescindible tener una buena circulación sanguínea para mantener la salud del cuerpo y cumplir con múltiples funciones esenciales.
En este sentido, no debemos perder de vista que las vitaminas juegan un rol fundamental en la salud del sistema circulatorio. Por supuesto, mantener una buena hidratación, hacer ejercicio físico regular y llevar una dieta equilibrada, también favorece el flujo de la sangre.
Por lo tanto, la deficiencia de las vitaminas mencionadas (B3, C, E y K) puede perjudicar severamente el sistema circulatorio y afectar nuestra salud, ya que el cuerpo no recibe el oxígeno y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. Las consecuencias de una mala circulación sanguínea son:
1. Problemas cardiovasculares: la mala circulación puede provocar hipertensión y aumentar el riesgo de trombosis, ya que el corazón debe esforzarse más para bombear sangre a través de los vasos.

2. Problemas en manos y piernas: la insuficiencia circulatoria provoca síntomas como hinchados, aparición de várices, calambres frecuentes y dolor en las extremidades, especialmente después de estar mucho tiempo de pie o sentado.
3. Problemas en la piel y heridas: la falta de oxígeno en los tejidos puede generar úlceras venosas que tardan en cicatrizar, piel seca y escamosa, y hasta cianosis, una coloración azulada en dedos y labios debido a la deficiente oxigenación.
4. Problemas digestivos: el tránsito intestinal puede volverse lento, causando estreñimiento y dolor abdominal, ya que el flujo sanguíneo insuficiente afecta el funcionamiento del sistema digestivo.
5. Problemas neurológicos: el cerebro también sufre cuando la circulación es deficiente, provocando mareos, desmayos y dificultad para concentrarse debido a la baja oxigenación cerebral.

6. Agotamiento y cansancio: la falta de oxígeno y nutrientes en los músculos genera fatiga continua y una sensación constante de agotamiento, incluso al realizar actividades leves.
Fuente: www.mundodeportivo.com