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Erisipela: tratamiento, síntomas y qué la causa

La erisipela es una infección de la parte más superficial de la piel, producida por una bacteria llamada estreptococo y caracterizada por el enrojecimiento súbito de la cara o, más frecuentemente, de una zona de una extremidad. Afecta fundamentalmente a niños y ancianos. Es difícil diferenciar la celulitis , que afecta a las capas más profundas de la piel pero que produce síntomas similares.

¿Cuáles son las causas de la erisipela?

La erisipela es una infección producida, principalmente, por estreptococos beta-hemolíticos del grupo A , como el Estreptococo piógenes, “aunque puede ser causada por otras bacterias como el Estafilococo aureus, entre otras”. Aparece casi siempre en la cara y en las piernas.

Alejandro Molina, jefe de sección de Dermatología en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, asegura que “suelen haber algún tipo de defecto en la piel, una pequeña herida o alguna picadura de insecto que rompe la barrera y permite que esas bacterias, que no pueden entrar en las capas más superficiales de la piel, lo consigan”.

Además, añade que “las bacterias pueden penetrar a través de cortes o úlceras”. Aun así, hace hincapié en que “este tipo de infecciones son más frecuentes en pacientes con compromiso del sistema inmunitario, diabéticos, con insuficiencia renal o con dermatosis inflamatorias como la dermatitis atópica o la psoriasis”.

¿Qué síntomas produce?

Los pacientes con erisipela, según Alonso, pueden presentar síntomas como “la aparición de una placa eritematosa y caliente bien delimitada en la piel y dolor y sensibilidad en la zona afectada”. En ocasiones, “pueden aparecer edemas locales y lesiones ampollosas, así como fiebre y escalofríos, malestar general y astenia”. “La piel suele brillar más de lo normal”, puntualiza Molina.

Los síntomas principales son los siguientes:

  • Fiebre y escalofríos.
  • Úlcera cutánea con un borde definido y elevado.
  • Dolor, enrojecimiento, hinchazón y calor en la piel.
  • Pueden formarse ampollas.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

El diagnóstico de la erisipela se basa en la sospecha clínica por parte de un especialista. Alonso asegura que “en algunos casos se puede solicitar análisis sanguíneo para evaluar ciertos parámetros de gravedad y complicaciones”. Asimismo, “en otras ocasiones se puede tomar una muestra cutánea para cultivo bacteriano e incluir una biopsia cutánea en ciertos casos para obtener una confirmación y un diagnóstico diferencial”.

Molina, para analizar la evolución del cuadro, afirma que “se puede marcar en la piel con un rotulador hasta donde avanza la infección y, en evaluaciones posteriores, se observa si el tamaño de la piel infectada aumenta o disminuye”.

La erisipela debe distinguirse del herpes zóster, del agioedema y de la dermatitis de contacto. El cáncer de mama inflamatorio difuso también puede confundirse con esta patología.

¿Es contagiosa?

“Aunque sea una enfermedad infecciosa, la produce una bacteria, por lo que no es contagiosa entre personas”, explica Molina. “Al final, las bacterias que la provocan se encuentran en el medio natural y aprovechan cualquier oportunidad para entrar en la piel, aunque es cierto que en casos de higiene muy mala puede llegar a darse un contagio entre personas, aunque no es lo común”, insiste.

De todas formas, Alonso alerta que “las bacterias pueden llegar a transmitirse a través del contacto directo con heridas infectadas o secreciones nasales, por lo que, aunque no tenga la condición de contagiosa, se requiere de un cuidado adecuado de las lesiones y de una higiene óptima por parte del paciente”.

¿Puede prevenirse?

La prevención de la erisipela y de las infecciones cutáneas implica “mantener una buena higiene personal, tratar adecuadamente cualquier herida o solución de continuidad en la piel, tratar las dermatosis inflamatorias y evitar el rascado de las mismas, y controlar, en casos específicos, la diabetes del paciente y los problemas circulatorios de miembros inferiores”.

De hecho, Molina insiste en que “cuando nos hacemos una herida pequeña, en ocasiones, no le prestamos atención, y esa herida puede ser la puerta de entrada de la erisipela”. Además, aclara que “hay que lavar todas las picaduras y las heridas con agua y jabón y, si son grandes, se puede aplicar algún tipo de antiséptico como la clorhexidina”.

En algunas personas con úlceras o heridas crónicas puede haber episodios de erisipela de repetición en las zonas adyacentes. En estas circunstancias puede existir indicación para administrar antibióticos por boca de forma crónica.

Fuente: www.redaccionmedica.com

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