Hipertensión: ¿qué es?
Es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Para entenderlo mejor es importante definir la presión arterial. El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Esta acción es lo que se conoce como presión arterial. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.
Hipertensión: ¿por qué es un factor de riesgo?
La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.
En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.
Propicia la aterioesclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).
¿Cómo afecta la presión arterial al cerebro?
Cuando las arterias se vuelven rígidas y estrechas, el riego sanguíneo resulta insuficiente y provoca la aparición de infartos cerebrales (ictus o accidente vascular cerebral isquémico). La elevación de la presión arterial también puede causar la rotura de una arteria y ocasionar una hemorragia cerebral (ictus o accidente vascular cerebral hemorrágico).
¿Cómo afecta la presión arterial a los riñones?
La hipertensión causa rigidez en las arterias que suministran la sangre a los riñones. Pero también perjudica al propio riñón, lo que puede desembocar en una insuficiencia renal que incluso requiera diálisis. Por otro lado, si el riñón resulta dañado se puede producir un aumento de la presión arterial.
¿Cómo afecta la presión arterial a otros órganos?
Si afecta a las arterias de las piernas causa dolor al caminar
Si daña las arterias de la retina provoca alteraciones en la visión
En los hombres puede ser causa de impotencia
Hipertensión: diagnóstico
El diagnóstico se basa en un sencillo procedimiento de medición, aunque en algunos casos son necesarias otras pruebas como el holter de presión arterial. Es imprescindible completar el estudio con un análisis de laboratorio (de sangre y orina) y un electrocardiograma. Para facilitar un diagnóstico es muy importante tener presente estas recomendaciones:
- La hipertensión arterial no produce síntomas y puede pasar inadvertida
- Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad
- Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes
¿Cómo se mide?
La presión arterial se mide mediante unos aparatos llamados esfingomanómetros, popularmente conocidos como tensiómetros, que deben someterse a las validaciones y homologaciones reglamentarias. Antes de usarlo confirma que tu aparato está validado. Para que la medida obtenida sea correcta debes seguir una serie de indicaciones:
- Como la presión arterial cambia a lo largo del día y de la noche, haz la medición siempre a la misma hora
- Busca una habitación tranquila, sin ruidos ni interrupciones, con una temperatura de 20-25º C
- Debes estar relajado. No beber, comer, fumar ni hacer ejercicio físico la media hora anterior
- Reposa 5 minutos antes de la toma
- Siéntate cómodamente con la espalda apoyada en el respaldo de la silla, no cruces las piernas y quítate la ropa que pueda oprimirte el brazo
- Si el tensiómetro es de brazo, coloca el manguito dos o tres centímetros por encima del codo. Deja la palma de la mano boca arriba y el codo lígeramente flexionado a la altura del corazón
- Si el tensiómetro es de muñeca, pon la muñequera a la altura del corazón
- No hables durante la medición
- Realiza dos mediciones separadas al menos dos minutos y quédate con el resultado de la media de ambas
- Apunta los valores obtenidos para informar a tu médico
Diferentes métodos de medida de la presión arterial
Para la correcta medición de las cifras de presión arterial se pueden utilizar dos métodos:
- Método auscultatorio
- Método oscilométrico
El método auscultatorio necesariamente se tiene que hacer de forma manual, mediante un estetoscopio y un brazalete inflable conectado a un manómetro que es el aparato que mide la presión. Se basa en los sonidos de Korotkoff. Cuando el brazalete de un esfigmomanómetro se coloca alrededor del brazo de un paciente, y se insufla hasta alcanzar una presión por encima de su presión sanguínea sistólica no habrá un sonido audible, ya que el brazalete impide el flujo de sangre por la arteria. Cuando se va desinflando progresivamente, en el momento en el que la presión en el manguito se iguala a la presión sistólica, se empieza a escuchar un ruido (primer sonido de Korotkoff). Cuando la presión en el manguito cae por debajo de la presión diastólica, los sonidos dejan de escucharse y es en ese momento cuando se determina la presión arterial diastólica. Este método requiere de personal entrenado en escuchar los sonidos, un ambiente silencioso y unos aparatos de medida adecuados.
El método oscilométrico es el que utilizan los aparatos automáticos. En este caso, en contraste con el método auscultatorio, que se basa en la detección de sonidos Korotkoff, el método oscilométrico se basa en la detección de las oscilaciones causadas por la sangre a medida que comienza a fluir de nuevo en la extremidad (detector de presión electrónico). Cuando el manguito se infla por encima de la presión arterial sistólica no hay cambios de presión; pero cuando se desinfla hasta el nivel de la presión arterial sistólica, comienza a haber un flujo que provoca oscilaciones detectables por el aparato. Como la presión del aire se libera lentamente desde el manguito, la amplitud de estas oscilaciones pulsátiles va aumentando hasta un máximo, y posteriormente disminuye a medida que el flujo de sangre a la extremidad se normaliza. El aparato realiza la determinación de las cifras basándose en el incremento de la amplitud de las oscilaciones en el caso de la presión arterial sistólica; y con el punto en el que las oscilaciones tienden a estabilizarse para la presión arterial diastólica. Estas mediciones son a menudo menos precisas cuando se comparan con las medidas de auscultación, por eso es muy importante que los aparatos sean calibrados y validados.
¿Cuáles son los niveles normales de presión arterial?
Presión arterial normal. Los niveles máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y los de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.
Presión arterial normal-alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos.
¿Existe la presión arterial compensada?
Se puede hablar de presión arterial alta, normal o baja, pero nunca de compensada o descompensada. A nivel práctico, estas tres posibilidades resultan negativas:
- Tener elevada la presión máxima (sistólica) o la mínima (diastólica).
- Tener elevadas tanto la mínima como la máxima.
- Tener una alta y la otra baja también es malo.
Hipertensión: tratamiento y prevención
El mejor tratamiento de la hipertensión es una buena prevención que evite su aparición. Para ello es fundamental seguir un estilo de vida cardiosaludable:
- No fumes. El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca. Además, las personas hipertensas fumadoras multiplican el efecto perjudicial del tabaco. Dejar de fumar tiene unos efectos positivos superiores a cualquier medicación para la hipertensión.
- Cuidado con el alcohol. El consumo excesivo de alcohol provoca el incremento de la presión arterial y otras alteraciones perjudiciales el corazón y otros órganos.
- Controla tu peso. El sobrepeso es una causa de hipertensión. Rebajarlo reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes.
- Ejercítate. La realización de ejercicio físico regular consigue bajar las cifras de presión arterial. Además, aumenta la masa muscular y la capacidad de esfuerzo, ayuda a controlar el peso y logra disminuir el riesgo cardiovascular.
- Practica una dieta cardiosaludable. Los hipertensos deben disminuir el consumo de sal y alimentos que la contengan. También es necesario consumir frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Por último, usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar la ingesta de aves y pescado en detrimento de las carnes rojas.
- Tratamiento farmacológico. Si eres hipertenso no puedes conformarte con las recomendaciones anteriores, ya que es posible que debas seguir un tratamiento farmacológico. Los resultados no siempre reflejan una reducción inmediata de la presión arterial, así que es necesario esperar un poco antes de plantearle al médico un cambio de medicación. Los fármacos antihipertensivos están agrupados en varios tipos:
- Diuréticos.
- Inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA).
- Antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II)
- Calcioantagonistas.
- Betabloqueantes.
- Asociación de fármacos.
Los pacientes que siguen un tratamiento antihipertensivo deben tener en cuenta estos consejos:
- Aunque la presión arterial se haya normalizado no hay que dejar de tomar la medicación nunca
- Cumplir estrictamente el tratamiento e intentar mantener siempre el horario de ingesta de las pastillas
- Un aspecto destacado en cuanto al seguimiento de los pacientes es el interés por la valoración e interacción con la adherencia terapéutica. Aparece un nuevo concepto: el papel clave que tienen las enfermeras y los farmacéuticos en el tratamiento a largo plazo de la hipertensión
- Consulta al doctor si el tratamiento no obtiene resultados, ya que a veces es necesario asociar varios fármacos para controlar la presión arterial. Revisa también la dieta por si algún alimento (por ejemplo, la sal) está impidiendo el efecto antihipertensivo de la medicación
- El tratamiento debe compatibilizarse siempre con el estilo de vida cardiosaludable
- Vigila el resto de los factores de riesgo, ya que si no, tus buenas cifras de presión arterial no servirán de mucho
¿Pueden los medicamentos antihipertensivos ser reducidos o detenidos?
En algunos pacientes en los que el tratamiento va acompañado de hipertensión arterial (HTA) eficaz y con un control durante un período prolongado, puede ser posible reducir el número y/o la dosificación de fármacos. Este puede hacer si el control de la presión arterial (PA) va acompañado de cambios saludables en el estilo de vida, como el aumento de peso: pérdida de peso, el hábito del ejercicio y una dieta baja en grasas y sal, que eliminan influencias presoras ambientales.
Una reducción de medicamentos debe hacerse gradualmente, y el paciente debe ser revisado con frecuencia porque la reaparición de la hipertensión puede ocurrir rápidamente, en semanas, o puede tardar muchos meses. A los pacientes con hipertrofia miocárdica y afectación de órganos dianas (HMOD) previo o hipertensión acelerada previa no se les debe retirar el tratamiento.
Hipertensión en niños
En los últimos años se ha producido un incremento de la obesidad infantil y un aumento alarmante del numero de niños hipertensos. De ahí que se extreme el cuidado de los hijos para evitar su aparición. Dieta equilibrada, ejercicio y control de la presión arterial son vitales.
Para realizar una medición correcta de la presión arterial en la edad pediátrica, es necesario utilizar manguitos de un tamaño adecuado al brazo del niño. Por ese motivo existen modelos apropiados para medirla a cualquier edad.
Hipertensión en mujeres
Las mujeres habitualmente presentan valores de presión arterial sistólica inferiores a los de los hombres. Sin embargo, la presión arterial sistólica aumenta con la edad de una forma mas pronunciada en la mujer: por encima de 60 años las mujeres presentan cifras de presión arterial superiores, incrementando la frecuencia de hipertensión en estas edades.
Además, los anticonceptivos orales producen una elevación leve de la presión arterial en la mayor parte de las mujeres y pueden ser causa de hipertensión en una proporción pequeña. Lo mismo sucede con el tratamiento hormonal sustitutivo.
Hipertensión y embarazo
Los trastornos hipertensivos del embarazo continúan siendo una causa importante de problemas durante la gestación que ocasionan enfermedades en el feto y durante el periodo neonatal. Normalmente, la presión arterial disminuye en el segundo trimestre y en el tercer trimestre las cifras suelen volver a los valores previos al embarazo. Estas modificaciones pueden aumentar en algunos caso y ser causas de complicaciones, por lo que resulta de extraordinaria importancia el control de las cifras de presión arterial durante esta etapa.
Fuente: www.fundaciondelcorazon.com