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7 consejos de salud para tu bienestar físico y mental

El poder del autocuidado

Como dice el refrán, y como ya explicamos en el artículo Conoce la medicina preventiva y personalizada del siglo XXI, “vale más prevenir que curar”. En este sentido, cada uno de nosotros tiene una gran responsabilidad en la preservación de la propia salud y la prevención de enfermedades. 

Por eso, el primer concepto que vamos a ver es el del autocuidado, que tiene que ver con participar de forma activa en la promoción de nuestra salud. Recurrimos de nuevo a la definición de la OMS:

 «(El autocuidado) es la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica»

En definitiva, el autocuidado se refiere a todos aquellos hábitos y actitudes con los que todos nosotros, cada día, podemos preservar y mejorar nuestra salud. 

¡Veamos cómo hacerlo con los siguientes 7 consejos de salud! 

1. Cuida tu alimentación

Ya lo hemos visto en artículos como “Los beneficiosos efectos en la salud de una dieta equilibrada: “somos lo que comemos”.


Y es que, alimentarnos forma adecuada tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida: significa aportar a nuestro organismo todos los nutrientes que necesita para su funcionamiento óptimo y, además, nos ayuda a mantenernos en nuestro peso, lo que reduce el riesgo de enfermedades como la obesidad, y los riesgos asociados a ella como enfermedades  cardiovasculares, la diabetes tipo 2 o el colesterol alto. 

Toma nota de estos sencillos hábitos que te ayudarán a comer saludable:

  • Haz de la variedad de frutas, vegetales y granos integrales, la base de tu alimentación. Recuerda que es recomendable consumir 5 porciones de frutas y verduras al día. Es posible hacerlo con recetas innovadoras y sencillas que hagan de la comida sana algo rico y divertido. Este es uno de los consejos de salud más básicos que deberías aplicar en tu día a día.
  • Come siempre a las mismas horas. Sabemos que hoy en día esto puede resultar complicado debido a nuestro ritmo de vida, pero es conveniente que te esfuerces en conseguirlo. Saltarse una comida suele crear un efecto yo-yo, provocando que se consuma mucho más alimento del necesario en la siguiente comida.
  • Desayuna todos los días: tiene que ver con el punto anterior. El desayuno aporta a nuestro organismo la energía que necesita para estar activo durante la mañana y, además, ayuda a prevenir que se ingieran alimentos en exceso a lo largo del día.  
  • Evita picotear entre horas y, si lo haces, elige snacks saludables, como los frutos secos sin freír o una pieza de fruta que además de saciarte, aportan nutrientes esenciales para tu organismo.
  • Reduce el consumo de sal y de azúcar: ambas sustancias se encuentran en exceso en los alimentos ultraprocesados, así que evítalos, pues incrementan de forma considerable el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
  • Mantén tu organismo hidratado: se recomienda beber diariamente dos litros de agua. Beber agua te ayuda a eliminar toxinas, ayuda en la digestión y evita el estreñimiento. Un consejo que puede serte útil es añadir a tu botella de agua unas rodajas de pepino o limón, que darán sabor al agua y te hará más fácil beberla.
  • Sustituye las grasas trans y saturadas por las poliinsaturadas: minimiza el consumo de ultraprocesados, que son ricos en las primeras, y opta por alimentos con grasas poliinsaturadas como el salmón, los aceites vegetales, las nueces o algunos tipos de semilla. 
2. Con el alcohol, ¡ ten cuidado !

¿Sabes que el alcohol causa cada año 3 millones de muertes en todo el mundo? Esta cifra, recogida en informes de la OMS, da fe de los efectos tan nocivos que tiene el abuso de esta sustancia que, además, está asociada a más de 200 patologías y al desarrollo de trastornos mentales y del comportamiento. 


Si consumes alcohol, lo mejor es hacerlo de forma moderada, es decir, no tomes más de una unidad diaria si eres mujer adulta o varón mayor de 65 años, o más de dos si eres hombre adulto menor de 65 años. Una unidad de bebida equivale a un vaso de cerveza de tamaño medio o a una copa de vino. Entre todos los consejos de salud, este supondrá un cambio increíble en tu vida.

3. Deja de fumar

El tabaquismo está vinculado a numerosas patologías, desde las cataratas oculares hasta el cáncer, cuyo riesgo se dobla en quienes tienen este hábito, y llega a cuadruplicarse en los fumadores empedernidos.

Además, es responsable de más del 90% de muertes por enfermedades de obstrucción pulmonar crónica y aumenta el riesgo cardiopatías y problemas cerebrovasculares.

Si fumas, debes ser consciente de que, además de estar dañando gravemente tu salud, también estás perjudicando la de los que te rodean, pues inhalan el humo de los cigarrillos y todas sus sustancias tóxicas de forma pasiva. 

Dejar de fumar es siempre una buena decisión para tu salud y la de los tuyos. ¿Sabías que…?

  • Tras 20 minutos sin fumar disminuye la presión arterial.
  • Después de 12 horas el monóxido de carbono en sangre alcanza un nivel normal. 
  • A los 3 meses mejora la circulación de la sangre y la capacidad pulmonar. 
  • A los 9 meses disminuye el riesgo de infecciones, la sensación de falta de aire y la tos.  
  • Al año, el riesgo de enfermedad coronaria se reduce a la mitad.
  • A los 5 años el riesgo de cáncer de cuello y de accidente cerebrovascular es igual que el de las personas no fumadoras, y el riesgo de cáncer de garganta, esófago, boca y vejiga disminuye a la mitad. 
  • A los 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye a la mitad.
  • A los 15 años, el riesgo de enfermedad del corazón es parecido al de un no fumador. 

Como ves, merece mucho la pena dejar de fumar. Además, ¿sabes que el aspecto de tu piel también mejorará? Tampoco te agotará subir escaleras, el olor de tu ropa será mucho más agradable, y mejorará tu sentido del gusto y del olfato. 

4. Haz deporte, ¡muévete! 

El deporte es uno de los pilares de los estilos de vida saludables. Si crees que no tienes tiempo o que tu forma física no es la adecuada, no te preocupes. El deporte está al alcance de cualquiera. Practicar diariamente una actividad física moderada y a largo plazo, como puede ser caminar a buen ritmo durante 30 minutos, tiene numerosos beneficios para la salud:

  • Te ayuda a mantenerte en tu peso
  • Contribuye a controlar el nivel de azúcar en sangre y reduce el riesgo de enfermedades coronarias. 
  • Favorece la calidad del sueño.
  • Reduce el riesgo de muerte prematura. 
  • Aumenta la autoestima y mejora la depresión. 

Toma nota de estos consejos para incluir el deporte en tu rutina de autocuidado: 

  • Aprovecha para hacer deporte con pequeños cambios en tu rutina: por ejemplo, sube escaleras en vez de tomar el ascensor. 
  • Si permaneces muchas horas sentado, levántate cada 60 minutos y camina un poco para mantener activos tus músculos. 
  • Ve aumentando paulatinamente la intensidad del deporte que practiques. Aprende a escuchar tu cuerpo, y trata de no forzarlo.
  • Respira por la nariz para prevenir el flato. 
  • Elige un equipo adecuado al deporte que practicas. Un buen calzado es fundamental, así como ropa transpirable. 
5. Cuida tu higiene 

Aunque no puedas verlos, todo lo que te rodea está lleno de microorganismos y algunos de ellos son capaces de originar enfermedades. Por eso es muy importante mantener una buena higiene personal y limpieza del hogar. Algunos consejos básicos son:

  • Lávate las manos cuando llegues a casa, antes de comer y cuando hayas estado en contacto con animales. 
  • Dúchate diariamente, para controlar los gérmenes que puedan afectar a tu piel. En concreto, es importante que lo hagas tras practicar ejercicio físico, ya que este favorece la sudoración y el contacto con bacterias presentes en las superficies con las que nuestra piel entra en contacto. 
6. Duerme bien 

Todas las funciones de nuestro organismo se ven afectadas por la falta de sueño: desde el sistema hormonal, el inmunitario o el respiratorio hasta la presión arterial o la salud cardiovascular.

Además, varias investigaciones señalan que no dormir de forma adecuada puede aumentar el riesgo de obesidad, infecciones y enfermedades coronarias. 

Y bien ¿qué horas de sueño son las adecuadas? Las recomendaciones generales dependen de la edad y son las siguientes: 

  • Recién nacidos de hasta 3 meses: 14-17 horas.
  • Bebés de hasta 11 meses: 12-15 horas.
  • Niños de hasta 2 años: 9-15 horas. 
  • Niños de hasta 5 años: 10-13 horas. 
  • Niños de hasta 13 años: 9-11 horas. 
  • Adolescentes de hasta 17 años: 10 horas diarias. 
  • Adultos: 7-9 horas diarias. 
  • Adultos mayores de más de 65 años: 7-8 horas diarias. 

Para poder dormir mejor, te recomendamos que implantes estos hábitos: 

  • Ten un horario regular para irte a la cama y levantarte. 
  • Vincula alguna rutina al momento de irte a dormir. Pueden ser acciones sencillas como lavarse los dientes, tomar un baño o leer. 
  • Practica ejercicio físico, pero intenta no hacerlo justo antes de irte a dormir. 
  • No tomes estimulantes como café u otras bebidas con cafeína a partir de las 4 de la tarde. 
  • Duerme con ropa cómoda, en una habitación oscura y silenciosa. 

Fuente: www.veritasint.com

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